En la previa al clásico, el conjunto de Eduardo Domínguez cayó de local ante Platense, que termina la sexta fecha de la Liga Profesional de Fútbol en la tercera ubicación.
Con Racing en el horizonte la próxima fecha, Independiente sumó este lunes una nueva frustración en el estadio Libertadores de América donde cayó por 3-1 ante Platense por la sexta jornada de la Liga Profesional de Fútbol.
Lucas Rodríguez abrió el marcador en Avellaneda, pero Alexis Sabella, Horacio Tijanovich y Vicente Taborda dieron vuelta la historia en favor del «Calamar».
Con este resultado, Platense sigue soñando con llegar a la punta, apenas dos puntos por debajo de Gimnasia y Newell’s, el equipo rosarino al que justamente recibirá el próximo sábado en Vicente López.
Para Independiente, en cambio, el panorama no es obviamente el mejor, pero puede agravarse aun más el próximo domingo si le vuelve a ir mal nada menos que en el clásico con Racing Club que tendrá lugar en el Cilindro de Avellaneda.
Independiente mostró algunos atisbos de lo que pretende su entrenador, Eduardo Domínguez, hasta la mitad del primer tiempo, lapso en el que pudo ponerse en ventaja a los 22 minutos tras un centro al segundo palo que bajó de cabeza Leandro Benegas para que Lucas Rodriguez convirtiera abajo del arco.
Ese tanto, sin embargo, en vez de darle confianza a los locales, provocó un efecto inverso, ya que fue Platense el que empezó a crecer en su juego, sin ningún sentimiento de culpa por la desventaja sufrida en el Libertadores de América-Ricardo Bochini ante una hasta ese momento efusiva parcialidad «roja».
Platense parece un equipo solidificado y seguro de lo que quiere, a partir de la tranquilidad que transmite De Felippe, y eso se notó por su rendimiento creciente que le permitió empatar en las postrimerías de esa primera etapa a través del ex San Lorenzo, Alexis Sabella, tras un error en la salida del hoy titular Iván Marcone.
Con ese acicate salió a jugar el «Calamar» la segunda etapa ante un atribulado Independiente, que venía de perder también por 3-1 en la fecha pasada ante el sumido en zona de descenso, Patronato.
Y esos estados de ánimo resultaron decisivos para el resultado del partido, tanto como los cambios acertados que realizó De Felippe y los erróneos que efectuó Domínguez.
La traducción de ambas cosas empezó a verse a los 27 minutos cuando uno de los ingresados, Horacio Tijanovich puso el 2-1 para su equipo con un remate sesgado desde la izquierda que rozó en Alex Vigo.
A partir de entonces todo fue impaciencia y descontrol para Independiente, adentro de la cancha y fuera de ella, donde sus hinchas terminaron cayendo en el ya terminal «que se vayan todos», que por primera vez incluyó a un grupo que se acercó al banco de suplentes para insultar y pedirle la salida al técnico Domínguez.
Ese panorama ambiental, la llovizna persistente y la necesidad de recuperar lo conseguido en el arranque del primer tiempo, hicieron que Independiente perdiera definitivamente el rumbo y, por contrapartida, su rival se sintiera más seguro hasta como para ir por el remate final.
Y siguiendo con la saga de las variantes acertadas que realizó De Felippe, el mentor del regreso de Independiente a primera división en 2014, ya en el cuarto minuto de descuento otra contra iniciada por Mauro Zárate se hizo extensiva al ingresado Ignacio Schor, que le puso una precisa asistencia a Vicente Taborda para que el ex Boca Juniors señalara su primer tanto en la máxima categoría.